En el fútbol, las estrellas suelen brillar en el terreno de juego, marcando goles, levantando a la grada con regates imposibles o repartiendo asistencias. Sin embargo, en el Villarreal CF, la auténtica estrella no lleva botas de tacos, ni aparece en las estadísticas de los partidos ni recoge los premios de mejor jugador del encuentro. Nuestra estrella se llama Marcelino García Toral, el entrenador que convirtió al Submarino Amarillo en un equipo habitual y respetado tanto en la Liga española como en las competiciones europeas.

Inicios

Desde su llegada al Villarreal en 2013, Marcelino transformó un equipo, que luchaba por recuperar su identidad tras el descenso a Segunda División, en una maquinaria bien engrasada capaz de competir al más alto nivel. Con una visión táctica estricta y una habilidad para sacar lo mejor de sus jugadores, el técnico asturiano logró, en relativamente poco tiempo, devolver al Villarreal al lugar que merece en el fútbol español.

La transformación del Submarino Amarillo

El impacto de Marcelino en el Villarreal fue (y es) innegable. Bajo su dirección, el equipo recuperó su característico estilo de juego, basado en la posesión, la solidez defensiva (4-4-2 con las líneas bien juntas, reduciendo espacios) y una capacidad letal para generar transiciones rápidas en ataque y aprovechar las oportunidades de gol. Actualmente, el Villarreal encaja demasiados goles, este es el principal aspecto a mejorar en el equipo groguet y en lo que trabaja el asturiano. Pero más allá de la táctica, Marcelino ha sabido crear un ambiente de trabajo donde la disciplina, el compromiso y la confianza son las piedras angulares del éxito.

Uno de los aspectos más destacados de su gestión es la capacidad para potenciar el talento joven y revitalizar la carrera de jugadores que, bajo otras circunstancias, podrían haber pasado desapercibidos.

En el pasado vimos como nombres como Manu Trigueros, Bruno Soriano o Gerard Moreno, florecieron bajo la tutela de Marcelino, quien ha sabido explotar al máximo sus cualidades para el beneficio del equipo. Actualmente, Marcelino cuenta con chicos muy jóvenes con gran potencial a los que intentará moldear y transformar en jugadores determinantes con un futuro brillante. ¿Dónde estarán en unos años los nombres de Thierno Barry, Kambwala, Logan Costa…?

Un liderazgo inspirador

Marcelino no es solo un estratega, sino también un líder inspirador. Su capacidad para leer el vestuario y gestionar las emociones de sus jugadores ha sido clave para mantener la cohesión del equipo, incluso en los momentos más difíciles. Su carácter exigente, pero justo, ha ganado el respeto y la admiración de sus jugadores, quienes confían plenamente en su visión y decisiones.

El entrenador asturiano es también un estudioso del fútbol. Sus sesiones de entrenamiento son meticulosas y están diseñadas para preparar al equipo no solo para el próximo rival, sino también para mejorar constantemente en todos los aspectos del juego. Esta preparación se refleja en el rendimiento del Villarreal, que mostró una mejoría considerable en la temporada 23/24 tras su llegada, pasando de ser uno de los peores equipos de la primera vuelta a ser el tercero mejor en la segunda.

Los resultados hablan por sí solos

Bajo la dirección de Marcelino, en su primera etapa en el club, el Villarreal alcanzó logros significativos. Además de asegurar la clasificación regular para competiciones europeas, el equipo llegó a las fases finales de la Europa League y ha sido un contendiente constante en la parte alta de la tabla en La Liga. Estos logros, si bien son fruto del esfuerzo colectivo, llevan indiscutiblemente la firma de su entrenador.

En la presente temporada, el Villarreal de Marcelino está mejorando los registros de la anterior, aunque no era muy difícil. Tras cuatro jornadas, el equipo suma 8 puntos de 12 posibles por solo 3 puntos en 4 jornadas en la 23/24. La racha actual marca el tercer mejor arranque liguero del Villarreal de la última década.

A pesar de esta mejoría, el asturiano no está del todo contento y ha mencionado, en repetidas ocasiones, la necesidad de ser más sólidos en defensa y reducir el número de goles encajados. Las bajas de Foyth y Pedraza durante la pretemporada, trastocaron los planes de Marcelino. Por otro lado, en el centro de la zaga han legado 2 caras nuevas, Kambwala y Logan Costa, que tendrán que aprender y coger ritmo poco a poco de jugadores experimentados como el capital Raúl Albiol y Eric Bailly.

Futuro brillante

Con Marcelino al timón, el futuro del Villarreal CF parece estar lleno de ilusión. La afición del Submarino Amarillo sabe que, mientras su entrenador continúe liderando al equipo, el club seguirá siendo una fuerza a tener en cuenta en el fútbol español y europeo.

La directiva confía en él y lo ha demostrado con hechos. 14 salidas de jugadores, 10 llegadas y una inversión de 55 millones avalan la confianza de la familia Roig en Marcelino García Toral. Un equipo hecho a medida de los gustos y estilo del asturiano para devolver al Villarreal CF a la lucha por los puestos europeos. Una inversión a largo plazo con jugadores jóvenes y con gran potencial.

En un deporte donde las estrellas suelen ser quienes marcan los goles, en el Villarreal CF la verdadera estrella está en el banquillo. Marcelino García Toral ha demostrado que, a veces, el éxito de un equipo depende tanto, o más, de la visión y liderazgo de su entrenador como del talento individual de sus jugadores. Y en este Villarreal, no cabe duda de que Marcelino es quien hace brillar a todos los demás.

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